
El contexto social de los páramos colombianos lleva a buscar estrategias efectivas que garanticen la participación de las comunidades locales.
El amanecer en un rincón del páramo de Tota-Bijagual Mamapacha tiene un afán adicional para Sandra, habitante de estas altas montañas. Además de las labores habituales, tiene una reunión con algunos vecinos para discutir un tema que últimamente, han venido escuchando con singular recurrencia: la Ley de Páramos. Se han mencionado muchas cosas pero, todas ellas convergen en la preocupación de ser sancionados o expulsados de sus territorios, por hacer lo que les enseñaron sus padres: trabajar la tierra.

Estas montañas han sido siempre, su hogar y el de sus familias. Los páramos colombianos han estado habitados a través de diferentes procesos de poblamiento en lo que algunos autores llaman “colonización de altura”. La vereda donde habita Sandra, por ejemplo, puede ser fruto del poblamiento desarrollado desde el siglo XVI en torno al pueblo de indios de Mongua.
Para ellos, el páramo tiene un significado construido a través del tiempo: sus cultivos y casas, los caminos y las escuelas tienen un lugar en el paisaje al lado de los pajonales y frailejonales, cerca de los montes y las quebradas. Cada uno muy significativo para el sustento y la identidad.

El Estado Colombiano ha buscado definir mecanismos para proteger estos ecosistemas. Si bien, el Plan Nacional de Desarrollo del 2010 inició el proceso de delimitación de páramos, prohibiendo actividades de minería y agricultura, generando una alerta en las comunidades locales. Las demandas ciudadanas se han ido abriendo espacio para establecer mecanismos de participación en la delimitación y manejo de estos ecosistemas.
La expedición de normas como la Resolución 886 de 2018 y la Ley 1930 de 2018, acerca de la que Sandra y su comunidad escucharon, plantean un enfoque de manejo integral de los páramos delimitados, donde la participación de los actores sociales es clave para llegar a escenarios de gobernanza para la sostenibilidad. Las reglas del juego dentro de ese nuevo esquema quedarán plasmadas en Planes de Manejo que deben construirse e implementarse de manera concertada con las comunidades locales.

Durante la reunión, Sandra y sus vecinos han reconocido que el actual marco normativo los considera para ejercer la participación, pero se enfrentan a nuevos cuestionamientos: ¿cómo pueden participar si desconocen si sus veredas o fincas están total o parcialmente dentro del páramo?, ¿cómo dialogar o construir propuestas si no cuentan con la información o herramientas necesarias?, ¿cuáles son los espacios definidos por la ley para participar?

Al terminar la reunión, llevan consigo una idea más clara de lo que la Ley de Páramos les propone, pero reconocen que el reto es grande. Asegurar la permanencia digna de sus familias en un territorio más saludable dependerá, entre otros factores, de que se les permita poner en diálogo su saber tradicional con los conocimientos externos y en definitiva, se les entienda como sujetos de derechos que deben ser parte del futuro de los páramos.

El Instituto Humboldt a través del Proyecto Páramos: Biodiversidad y Recursos Hídricos en los Andes del Norte, financiado por la Unión Europea, plantea nuevas metodologías que faciliten la participación incidente de las comunidades locales en la construcción de los planes de manejo de los páramos delimitados y, a partir de reflexiones desde la experiencia de las Corporaciones Autónomas Regionales, ha presentado recomendaciones, entre las que podemos mencionar:
- Informar de manera clara y eficaz a las comunidades para que puedan ejercer una participación incidente.
- Generar un trabajo colectivo y vinculante para la construcción de las estrategias de conservación de los páramos.
- Acordar acciones que reconozcan los derechos de las comunidades locales y busquen la transformación social para la sostenibilidad.
- Implementar estrategias pedagógicas y comunicativas que faciliten el empoderamiento comunitario desde el acceso a nuevo conocimiento, y el diálogo entre distintas visiones de territorio.

Dichos aportes están compilados en una publicación que será lanzada en el 2021, y se espera que sirvan al propósito de generar los espacios de diálogo entre las autoridades ambientales y los habitantes de los páramos como Sandra y su gente, para construir, entre todos, un futuro sostenible e incluyente.
