Una efectiva gestión integral del agua, el llamado de la ecohidrología

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Con el propósito de aportar un nuevo enfoque a la gestión integral del agua en el país, un grupo multidisciplinario de expertos colombianos aplica la ecohidrología como herramienta para el mejoramiento, tanto de las condiciones de los ecosistemas acuáticos, como de las poblaciones ribereñas.

La riqueza hídrica de Colombia es un tesoro de sumo cuidado. Es un activo ambiental fundamental ya que los ríos han sido un espacio de concentración de comunidades que han desarrollado su vida a la orilla de ellos, lo que ha resultado en que estas poblaciones ribereñas hayan transformado, con el paso del tiempo, los ecosistemas acuáticos.

Entre estas comunidades y su entorno se tejen relaciones complejas, que exigen ser analizadas desde disciplinas distintas para lograr una comprensión integral de los ecosistemas hídricos en el país y, por consiguiente, trabajar de manera eficiente en los procesos de restauración o conservación ambiental.

Por eso, la Fundación Natura junto con el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM), están aplicando la ecohidrología, una innovadora disciplina que articula la hidrología, la hidráulica y la ecología. Esto se realiza en el marco del proyecto GEF Magdalena Cauca Vive, que busca contribuir a la sostenibilidad y conservación de la biodiversidad acuática en la cuenca Magdalena Cauca. Esta iniciativa se ejecuta con apoyo del Fondo Mundial para el Medio Ambiente (GEF, por sus siglas en inglés) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

¿Qué es la ecohidrología?

La ecohidrología nace de la necesidad de reconocer las relaciones entre el entorno natural y las dinámicas sociales y económicas propias de las comunidades humanas. Mediante un proceso multidisciplinar, busca proporcionar información científica para la toma de decisiones, promoviendo el mantenimiento de los ecosistemas y el uso adecuado de los recursos naturales.

Uno de los puntos fuertes de la ecohidrología es que, a diferencia de otras disciplinas o herramientas, requiere de información local tanto del medio natural como de las dinámicas sociales presentes. De esta manera, el análisis y los resultados que ofrece generan información útil a escala local y se brindan elementos para la toma de decisiones territorial como aporte a las comunidades vulnerables, para el mejoramiento de su bienestar, sus condiciones de vida y sus posibilidades económicas.

Para el caso del proyecto GEF Magdalena Cauca Vive, la aplicación de esta herramienta se da en el marco de la implementación del Programa de Modelación Ecohidrológica (PMEH) para áreas de fundamental importancia en la cuenca Magdalena Cauca: la ciénaga de Zapatosa, en los departamentos de Cesar y Magdalena, la ciénaga de Ayapel, en el departamento de Córdoba, y la cuenca del río la Vieja en los departamentos de Quindío, Risaralda y Valle del Cauca.

Para el desarrollo del PMEH, el componente de gestión de salud de los ecosistemas planifica y realiza campañas de muestreo, tres de ellas ya desarrolladas en la ciénaga de Zapatosa, en las que se recolectó información para 1862 parámetros distintos. Estas muestras fueron analizadas en el Laboratorio de Calidad Ambiental del IDEAM. “Todas las variables que analizamos en el muestreo dan cuenta, per se, de la salud del ecosistema”, señaló, Martha Díaz, coordinadora técnica y logística del PMEH.

Con este modelo, no sólo se logra entender el comportamiento y las características del agua a lo largo de su ciclo, sino también identificar las áreas potenciales para mejorar la sostenibilidad de los ecosistemas acuáticos, hacer un uso adecuado de las especies nativas de dicho entorno y contribuir al mejoramiento de las condiciones de vida de los pobladores, a través de la identificación de alternativas económicas y prácticas de conservación, que permitan el uso sostenible de los recursos naturales.

Según Omar Vargas, subdirector de hidrología del IDEAM, el planeta viene reclamando hace mucho tiempo un cambio en la forma en la que se entiende el papel del agua con su entorno, pues los modelos matemáticos con los que se ha venido trabajando no logran entender con profundidad las dinámicas ecológicas y socioeconómicas que definen y transforman los ecosistemas.

“Cuando entendemos cómo está afectado un hábitat, se está dando una respuesta a las comunidades en relación con cómo deben manejar ese sistema para mejorarlo, recuperarlo y para beneficiarse de él de una manera sostenible, sin dañar la base de los ecosistemas”, dijo.

La proyección del modelo es tal, que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura- UNESCO, seleccionó en diciembre de 2019 el trabajo de Modelación e implementación de alternativas de restauración ecohidrológica en el complejo cenagoso Zapatosa como sitio demostrativo de ecohidrología del Programa Hidrológico Internacional (PHI) para Latinoamérica y el Caribe, de la UNESCO. El proceso fue presentado por Beatriz Hernández, coordinadora del componente de gestión de la salud de los ecosistemas, en la reunión anual del PHI para América Latina y el Caribe realizada en septiembre de 2019, en la Isla Galápagos.