
El Santuario de Fauna y Flora Guanentá Alto Rio Fonce hace parte del cinturón de páramos y bosque andino conocido como corredor de conservación Guantiva, La Rusia. Ahí encontramos comunidades campesinas asentadas en las veredas Avendaños, El Carmen y Santa Helena en Duitama, El taladro de Gámbita, Virolín en Charalá, Rionegro, Avendaños en Encino.

Ubicada en la zona de amortiguación del área protegida. Este corredor ecosistémico hace parte del hábitat del Oso Andino al cual los habitantes de la zona, a partir del avistamiento de este mamífero se convirtió en símbolo de preservación, restauración y conservación, a lo que ha conllevado que la comunidad lo apode “Osito de Anteojos” a pesar del miedo inicial, el avistamiento del oso enmarca el hito de inicio de un trabajo conjunto entre las comunidades y Parques Nacionales Naturales.

De esa manera se vinculan 80 familias que habitan el área amortiguadora del Santuario, mediante la suscripción de acuerdos de sistemas sostenibles para la conservación, enmarcados en el programa Desarrollo Local Sostenible de Parques Nacionales Naturales y la Unión Europea el cual busca reducir las afectaciones al medio ambiente y fomentar los negocios verdes como una forma de mitigación al cambio climático, correspondiendo a las políticas de la Unión Europea; en la que Colombia se ha convertido en un gran aliado en cabeza de Parques Nacionales Naturales.
Los campesinos se comprometen mediante la firma de Acuerdos de Restauración Ecológica Participativa, estrategia que centra sus esfuerzos en minimizar las presiones sobre los ecosistemas provenientes de la ocupación campesina, así la restauración ecológica se convierte en una actividad intencional dirigida al restablecimiento parcial o total de un área a partir de la regeneración natural.
Estas iniciativas de trabajo comunitario hacen parte de los procesos que Parques Nacionales Naturales viene adelantando, atendiendo el rol de las comunidades en la conservación de las áreas protegidas y sus zonas aledañas. Según palabras del jefe del área protegida el Ingeniero Agrícola Fabio Muñoz “Una de las dificultades que tienen en las partes altas del santuario es que son campesinos que viven en alturas superiores a los 3200 metros y proponer alternativas sostenibles es bastante complejo, porque ellos están metidos en zona de páramo y hay que proponer sistemas productivos, por un lado que ayuden a la conservación y por otro que les permitan a los campesinos tener una actividad que les genere un ingreso para la familia”.

El programa Desarrollo Local Sostenible ha aportado insumos y recursos importantes para superar algunas de estas dificultades y para la continuidad de los procesos; permitiendo realizar la entrega de insumos y capacitación para el desarrollo de sistemas para la conservación en: ecoturismo, aviturismo, artesanía, apícultura, sistemas silvopastoriles, producción de mora, hortalizas, agraz, entre otros.
Este aporte no solo apunta al mejoramiento de la calidad de vida de estas comunidades incidiendo en temas de infraestructura, maquinaría e insumos tecnológicos brindando oportunidades a las comunidades que habitan el territorio, sino también aportando a la política de participación social en la conservación de Parques Nacionales Naturales.

En las propias palabras de los habitantes del territorio “Para nosotros es importante firmar los acuerdos de conservación porque nos estamos comprometiendo con el beneficio de conservar los parques a la vez que nos están brindando una ayuda más para salir adelante y para nuestros hogares”. Para las comunidades esta es una oportunidad de poder consolidar iniciativas sostenibles que puede impulsar el respeto por la naturaleza y a su vez permitan desarrollar actividades económicas amigables con el medio ambiente evitando la presión a las áreas y contribuyendo a la regeneración de especies endémicas que controlen la contaminación de fuentes hídricas, disminuyan la tala y se garantice el control de la frontera agropecuario y ganadera.